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lunes, 11 de agosto de 2008

Capitulo 4 - Parte final

Empezamos a correr de vuelta a la zona donde Nusk había matado a toda aquella gente... El olor a muerto era horrible, incluso recordaba al palacio de Jabba.
Brakor, Davad, Ark y yo corríamos tan rápido como podíamos en dirección a algún lugar desconocido para mí
  • A donde estamos corriendo!!?? – grité –
  • Al acceso para droides! – me contestó Davad –
  • Si pero eso donde está!? – pregunté –
  • Esperemos que esté cerca, no puede estar muy lejos de los barracones de prisioneros.
  • Por nuestro bien, mejor que sea así. – sentenció Ark –

Pasamos los barracones de prisioneros como un bláster, nuestro camino parecía que se metía en la tierra, giramos seguimos avanzando y nos encontramos una encrucijada.

  • ¿Nos lo jugamos al pazaak? – bromeó Ark –
  • Muy gracioso... – le dije –
  • ¿Alguna idea? – preguntó Davad nervioso –
  • NS-5, que pone ahí – le dijo a su bola señalando un cartel escrito en un lenguaje extraño. –
  • DROIDES... PERSONAL... – sonó de su “amigo” –
  • ¿Por aquí droides? – le preguntó Ark –
– tras confirmar su respuesta –
  • Es por ahí.

De repente seguíamos corriendo Ark iba el primero, Davad le seguía y Brakor intentaba no dejarme muy atrás, entonces de repente empezaron a sonar las alarmas, o sabían que estábamos dentro o las cargas estaban a punto de estallar en cualquier caso, no era nada agradable. Frente a nosotros el pasillo nos condujo a unas puertas metálicas, parecía una especie de montacargas, el chisme de Ark sabía leer! Entonces se empezaron a cerrar, no íbamos a llegar todos... Ark y Davad nos habían sacado un buen trecho, Ark entró, Davad tras él, las puertas caían.
  • Corre Lia! – gritó Brakor antes de hacer un sprint hasta la puerta –
  • No puedo más! – contesté como pude –
  • Brakor se lanzó por el suelo y entró por los pelos, estaba condenada, no llegaría nunca al interior.
Pero entonces...

La puerta se detuvo haciendo un gran chirrido. Yo corrí y al igual que Brakor me deslicé por debajo de la puerta tan veloz como pude. Me di media vuelta en el suelo, ya dentro del montacargas y vi por un instante como Brakor aguantaba la puerta con sus manos mientras Davad lo hacía con la fuerza, la soltaron de golpe y se clavó en el suelo como una guillotina.
  • Llegas tarde al taxi coletas. – dijo Ark –
  • ¿Estas entera Lia? – preguntó Brakor –
  • Sí, gracias a vosotros. Gracias Brakor. – Me acerqué a Davad – Gracias a ti también Davad.
  • Me parece que tendremos que darnos prisa, este trasto no funcionará eternamente. – exclamó Ark –
Unas luces rojas como de alarma empezaron a brillar por todo el interior del túnel que debía subirnos. Entonces vi a Ark conectado con su pelota a la consola principal del montacargas.
  • Davad abre el panel con el numero 2 y dame los códigos de los tres empalmes que encontrarás ahí.
  • Voy!
  • ¿Brakor, me ayudas? – preguntó Ark –
  • Por supuesto!
  • Mira si hay algo que sujete la plataforma en la que estamos, si es así... ¡Arráncalo!
  • Voy! Vamos Lia ayúdame.
  • Sí!
Como estábamos en la parte inferior del túnel pudimos bajar de la plataforma y buscar. Encontramos unos amarres bastante grandes, cuatro en total, tenían a la plataforma bien sujeta, no saldríamos con eso cogiéndonos.
  • Yo dos, tu dos mas. Vamos demuéstrame de que estás hecha, nena! – me dijo con una sonrisa –
Me dispuse a sacar el amarre que me queda mas cerca, me coloqué en posición y empecé a tirar con todas mis fuerzas, pero me resultó imposible. Tomé aliento y usé un poco de mi “habilidad especial” y al final conseguí quitar el amarre. Me fui al segundo y lo intenté de nuevo sin el uso de la fuerza, tiré pero no podía, entonces dos manos mas cogieron el amarre, era Brakor. Tiró conmigo y en un momento lo sacamos.
  • Nada mal para no ser una chica entrenada.
  • Gracias. – dije sonriendo –
Nuestra pequeña conversación se cortó de repente cuando oímos a Davad decir
  • Mierda! Chicos subid! Deprisa!
Nos salimos de debajo de la plataforma Brakor me cogió para lanzarme sobre ella desde uno de los laterales cuando sin previo aviso la plataforma subió a una velocidad pasmosa. Ni siquiera nos dio tiempo a reaccionar, ambos caímos al suelo por la inercia.
Tras levantarnos vimos que efectivamente estaban subiendo.
  • Por la escalera Lia
  • No llegaremos a tiempo a la superficie...
  • Si nos quedamos aquí seguro que no. Vamos!
Me encaramé a la escalera manual que había pegada a la pared del túnel y empecé a subir lo mas rápido que era capaz, entre la mala conciencia de saber que se habían ido sin nosotros y la tensión de saber que unas cargas iban a explotar en breve no era la mejor situación para escalar una escalera demasiado concentrada. Subíamos y subíamos, entonces vi algo que no pensé que me fuera a desagradar tanto, estábamos a unos 100 metros del suelo y el montacargas estaba bajando otra vez. Brakor y yo nos pusimos por la parte interior de la escalera para evitarlo. Ahí, entre la escalera y la pared intenté avisar a Davad, me concentré en él, intenté llamarlo a través de la fuerza, sabía que yo no era capaz, pero si él estaba un poco atento me sentiría, la plataforma se paró a dos metros encima de nosotros.
  • Lia, Brakor estáis ahí? – dijo Davad –
  • Sí! – contesté muy feliz –
  • Ahora os sacamos.
El montacargas bajo un poco más y se nos puso a una altura accesible, sin demasiada dificultad montamos en él. Una vez todos en el montacargas Ark dijo.
  • Próxima parada, la superficie, abróchense los cinturones y no molesten al conductor por favor.
  • Lia, te he sentido en esta escalera, sabía que estabas ahí. – me dijo Davad –
  • Intentaba llamarte, pero no sabía como hacerlo. Tenía que avisarte.
  • Al parecer eres toda una caja de sorpresas, Lia. – añadió Brakor –
El montacargas se puso de nuevo en marcha, mucho mas lento que la primera vez, pero rápidamente fue cogiendo velocidad, aunque no tanta como el despegue, al parecer Ark ya le había cogido bastante el truco a nuestro transporte.
Acabé por descansar en la plataforma del montacargas, estaba agotada... Muchas emociones en poco tiempo, el combate contra el tal Nusk, escapar de una explosión inminente, llegar y subir por los pelos hasta el elevador. Puede parecer mentira pero... Era algo que me estaba gustando, siempre que al final saliera con vida claro...

En poco tiempo llegamos al almacén de droides, supusimos que no deberíamos estar muy lejos de la salida puesto que desde allí es desde donde se repartían los droides a las diferentes galerías y no todas estaban tan abajo como de la que veníamos. Ark detuvo suavemente el montacargas en una especie de “muelle de atraque” para el montacargas. Cogió su rifle y se dispuso a echar un vistazo a ver que encontraba.

Brakor sacó su machete y sigilosamente se colocó a uno de los lados de la puerta, él y Ark comprobaron la situación. No parecía haber enemigos a la vista. Sólo unos cuantos droides con fuerte blindaje, seguramente para la mina. Decidimos pasar por aquella sala como una sombra para ser lo menos visibles posible. Al otro extremo encontramos una gran puerta que nos permitió ver que estábamos casi en el exterior, a solo unos metros. En la sala unos cuántos monitores parecían mostrar el estado de algunas máquinas. Me adelante hasta la puerta del otro extremo de la sala, había una pequeña apertura circular desde donde podíamos ver el exterior, un rellano donde los guardias de la entrada estaban desviando a los camiones en dirección a otra entrada. Brakor se deslizó hasta mi lado, de modo que ambos podíamos observar por ella.

  • Algo me huele mal... – dijo Ark –
  • Por que lo... – empezó Davad –

Un estruendo sacudió la sala. Un sonido como de robot, sonó como un eco. Todos nos giramos los droides se pusieron en funcionamiento sin avisar. Oímos el sable de Davad activarse, Ark empuñó el rifle apuntando a Davad.

  • ¡Apaga eso ahora mismo! – dijo Ark –
  • pero que... – replicó –

Brakor y yo estábamos en el otro extremo de la sala armados con nuestro machete y cuchillo respectivamente mientras observábamos atónitos a Davad con cara de asombro en el centro de la sala siendo apuntado por un Ark bastante intranquilo.

  • Si no quieres que nos maten a todos, apaga eso... ¡ahora! – exigió Ark –

Davad respondió a sus exigencias apagando el sable. Los droides de los que todos parecíamos habernos olvidado se adelantaron . Todos sacaron grandes mecanismos que tenían ocultos en sus espaldas, donde deberían haber las armas de los droides de combate. Éstos en cambio tenían pinta de ser de calibre mucho mayor, mientras que el grupo de droides del final parecían sostener unas mazas enormes, acabadas en una especie de bola de extraña composición.

  • Son droides que van a asegurar la zona de la explosión – aclaró Ark –
  • ¿Y que pasa con ellos? – pregunté –
  • Si los atacamos aquí, quizá los venzamos, pero uno: nos detectarán, dos: los matones de ahí fuera terminarán el trabajo. Si sólo les dejamos pasar no nos verán como una amenaza. – argumentó –

Lentamente los droides iban andando hacia el montacargas por el que acabábamos de subir y descendiendo en grupos de cuatro. Oí unas voces procedentes de la puerta, el despiste con los droides y Davad había hecho que bajáramos la guardia. Brakor también se puso a vigilar. Al parecer un par de tipos procedentes de la puerta de entrada estaban viniendo con cara extrañada. Brakor y yo les hicimos una señal al resto mientras buscábamos cobijo. No queríamos armarla allí, no después de las advertencias de Ark, pero si querían guerra la encontrarían. Yo me oculté bajo uno de los escritorios donde había una pequeña pantalla sin panel, vi a Brakor ocultarse tras unos barriles de desechos, no veía ni a Ark ni a Davad, pero por lo que veía de Brakor, él si. La puerta se abrió.

  • ¿Quién demonios debe de haber activado el protocolo? Si aún faltan 2 minutos para empezar el desplazamiento de éstos. – decía uno de los guardias –
  • A mi no me preguntes, eso lo llevas tu, no yo.

Estaban andando tranquilamente por el corto pasillo que llevaba desde la puerta por la que ellos habían pasado hasta la zona mas ancha de las pantallas. Pasaron delante de mí sin verme, uno de ellos era claramente un trandoshano él otro no podría asegurarlo. El segundo individuo se paró un instante delante del monitor sobre mi cabeza, luego siguió adelante, su compañero trandoshano no le seguía de muy lejos. Cuando pasó por delante del escondite de Brakor y el mío, vi como mi compañero Gungan sacaba un poco la cabeza y me hacía señales. Ambos salimos a escondidas, por detrás de ellos, avanzamos silenciosos hasta sus espaldas y en el último momento el compañero que reconocí como humano, se giró, pero ya era demasiado tarde, Brakor y yo les habíamos rebanado el cuello a ambos sin que pudieran decir nada.

  • ¡BANG!

Ark disparó un bláster en dirección a la puerta, al parecer un tercer componente del equipo rezagado había escapado a nuestros cálculos y había presenciado la escena. Fue silenciado por Ark al instante, pero demasiado tarde para nuestra idea de seguir ocultos.

Entonces todo, alarmas ruido, maquinaria movimiento y lo peor de todo, los robots que Ark nos había aconsejado no “molestar” parecían tener ganas de jugar con nosotros. Brakor me levantó del suelo cogiendome por la cintura se lanzó hacia el hueco de la puerta para lanzarme fuera de la sala. Él se dispuso a aguantar con su propia fuerza la puerta que estaba cerrándose dejando al resto dentro con los robots.

  • Corre! Trae algo para fijar esto! - me dijo -

Entonces mientras veía destellos del rifle bláster de Ark, del sable de Davad y a Brakor sudar empecé a sentirme realmente preocupada... ¿Que demonios se supone que tenía que traerle ahora? ¿Una palanca gigante? Lo bueno es que nuestro vehículo de entrada no podía estar muy lejos. Fui a la carrera a buscar algo que pudiera servir. Pero al girar la esquina me encontré con un grupo de soldados.

  • Alto! - me gritaron –
Y acto seguido dispararon. Me dejé caer al suelo casi por instinto de modo que el disparo paso a escasos centímetros de mi piel. Miré hacia ellos y con un tirón de la fuerza, lancé sus armas lejos de su alcance.
Aún sin sus fusiles, seguían siendo dos rivales bien entrenados contra una. Me levanté tan rápido como pude, sólo hacía que pensar en Brakor aguantando la puerta... Entonces lo vi. Era una especie de remolque hidráulico supongo que para cargar las cajas de especias que salían de la mina. Tenía que alcanzarlo como fuera para salvar a los demás y a Brakor.

Él no me dejó abajo en la mina cuando no fui lo bastante rápida, ahora tenía que devolverle el favor.

  • Tranquila nena... nos vamos a divertir un poquito, jajajajaja – dijo uno de ellos -

Con mi cuchillo aún en mano, me puse en guardia. Esperé a que uno de ellos atacara. Cuando el mas grande se abalanzó sobre mi me desplacé hacia un lado, cerca de la pared de la sala de control donde estaban los demás y el compañero, que vio mi movimiento me abofeteó clavándome en la pared.

  • Vamos zorrita, que no te vamos a hacer daño si te calmas – dijo el que me había pegado -

Apoyada y de espaldas a ellos pude ver una especie de toma de corriente, supuse que para los ordenadores de la sala contigua. Me giré y uno de ellos se acercaba hacia mí mientras el otro iba a por los blásters. Le hice una sonrisa al que se acercaba.

  • Sonríe para la foto – dije, mientras me apartaba -

Con la fuerza hice presión sobre la gran toma de corriente haciendo saltar multitud de chispas hacia él dejándolo momentáneamente ciego. Me reincorporé y me dirigí al remolque. Lo arranqué y me iba directa a la puerta. ¿Brakor aún habría aguantado verdad? Sí seguro. Es fuerte. El otro tipo había recuperado un rifle y había vuelto para acabar conmigo, intenté atropellarle pero me esquivó procuraba encontrar los controles de las palas antes de llegar a la puerta, cuando la vi estaba cerrada. ¡No puede ser! Subí las palas a media altura, como pude y en carrera las clavé en la puerta, dejé al remolque tirar de ellas. Entonces el otro tipo llegó. Me había estado siguiendo a la carrera, con furia salté del remolque alcancé mi cuchillo y fui a grandes zancadas a por él, alzando la mano libre parecía estar esquivando todos sus disparos, al llegar al él salté como un felino sobre su pecho colocando el cuchillo en su cuello.

  • Tranquilo tío... solo me voy a divertir un poco... - y le corté el cuello -

Entonces oí un gran golpe. Estaba agotada... mucho mas que el esfuerzo físico que había podido hacer, pero tenía que sacar a Brakor y los demás de ahí. El remolque había conseguido doblar la puerta antes de acabar rompiendo el motor.

  • Chicos! ¿Estáis ahí?
  • ¿Lia? - dijo Davad -
  • Sí!- contesté aliviada de oír una voz familiar -
  • Ayúdame a abrir esto, yo solo no puedo, tira de la puerta, yo empujo.

Acto seguido junté todas mis energías para ayudar a Davad en un esfuerzo colosal conseguimos acabar de doblar la puerta lo suficiente como para que pudieran salir de ahí. El primero en salir fue Davad, luego vi el cuerpo de Brakor deslizarse por la obertura siendo cogido por Davad, al parecer estaba seriamente herido. Tras un par de disparos mas, fue Ark quién prácticamente saltó por el hueco. Corrimos hacia el vehículo que nos había permitido entrar, mientras Ark disparaba a la carrera a nuestros posibles enemigos delante o detrás para cubrir nuestra huida. Llegamos al pequeño camión Brakor y yo subimos detrás. Ark y Davad delante. Arrancamos y nos dispusimos a la fuga. Y no tenía el instrumental adecuado, pero intenté subsanar las heridas mas grandes de Brakor, había algunos cortes realmente profundos y quemaduras de bláster con bastante mala pinta.

  • Davad, búscame algo para curarle, algo tiene que haber. - le dije -
En seguida se puso a buscar, mientras Ark pisaba a fondo el acelerador. Estábamos llegando a la barrera de entrada cuando de repente...

  • BOOM!

El suelo tembló, los guardias que iban a darnos el alto cayeron al suelo, todo el camión tambaleó a Ark le costó mantener el rumbo sin salirse de la carretera.

  • Toma Lia! - Davad me acercó una especie de botiquín de campaña -

Era muy parecido a una especie de equipo médico militar, era muy completo. Pero nuestra situación no era la mejor para que le diera la mejor atención médica. Además enseguida vi como Ark le prestaba una pistola bláster a Davad para que fuera disparando desde la ventana del camión.

  • No quiero ser aguafiestas pero... ¿Alguien sabe donde vamos? - preguntó Ark -
  • Al almacén de Bin, allí cogeremos una nave y nos iremos de Nar Shadaa. - dijo Brakor como buenamente pudo – Lia, cúrame lo suficiente como para que pueda sentarme en una torreta una vez lleguemos a la nave, por que nos perseguirán y tendremos que abatirlos, ¿me entiendes?

Asentí con la cabeza mientras empezaba a aplicarle las curas mas urgentes, poco prácticas a largo plazo, pero suficientemente efectivas como para permitirle moverse bien en una nave. El viaje no fue sencillo, fue bastante accidentado de hecho. Pero conseguimos llegar gracias a las oportunas indicaciones de Brakor, iba aconsejando a Ark sobre cual era el mejor camino a seguir, gracias a eso les sacamos distancia suficiente como para salir del vehículo a toda prisa sin estar bajo una lluvia de bláster y metralla. Entramos en el almacén cerrando tras nuestro, pasamos por la
primera sala, donde conocimos al viejo Bin, Brakor nos llevó hasta una especie de trastienda, que en realidad era un hangar privado donde encontramos una nave, vieja pero entera.

  • Arriba! Rápido! - Ordenó Brakor -

Parecía encontrarse bastante mejor, pero yo sabía que sería algo puramente temporal, las heridas volverían a sangrarle en poco tiempo. Tras unos segundos estábamos todos en la nave, Brakor ya había explicado a Ark y Davad los pormenores del manejo de la nave, mientras a mí me estaba llevando a una de las torretas. Tras una breve explicación se fue a una torreta opuesta a la mía desde donde podía hablar conmigo con sólo girarse. Al alzar el vuelo se oyó un gran estruendo, al parecer habían conseguido entrar en el almacén. Vi a los primeros enemigos apenas unos segundos después de dejar el suelo, disparé un par de veces. Mi primera experiencia con una torreta no había sido muy buena pero esta vez los soldados no estaban tan bien preparados y volaron como insectos de un manotazo.

Brakor y yo no dejábamos a ninguno de nuestros perseguidores agobiarnos demasiado con sus fusiles bláster. Ark realizó una buena maniobra en el aire casi más por casualidad que por pericia con una nave que nunca antes había pilotado.

Nos dirigimos hacia la oscuridad y el frío del espacio. Allí pensé que encontraríamos por fin la tranquilidad que habíamos estado esperando. Pero no fue así... Justo cuando iba a girarme a preguntarle a Brakor si había pasado todo, un zumbido pasó por delante de la pequeña cabina en la que me encontraba. Me puse en tensión de nuevo atenta a quienquiera que hubiera disparado.

Un pequeño enjambre de naves viejas parecía venir a nuestro alcance.

  • Están detrás nuestro Lia! – Gritó Brakor –

Dirigí el cañón hacia nuestros perseguidores y empecé a abrir fuego. Esas malditas cáscaras viejas se movían mas rápido de lo que parecía. En cuanto dos de las tres naves se acercaron lo suficiente empezaron a abrir fuego.
  • ¿Pero que demonios les hemos hecho para que sean tan persistentes? – Dije –
Los rayos bláster seguían surcando la oscuridad del espacio mientras oí a Davad acercarse hacia nuestras torretas.

  • Agarráos en cuanto podamos saltaremos al hiperespacio! – Dijo Davad, asegurándose que le habíamos oído –

Rápidamente desapareció de nuevo hacia la cabina del piloto. Entonces me di cuenta que las dos naves que estaban disparando eran sólo una distracción para que la tercera pudiera efectuar una maniobra de abordaje. En cuanto vi el conducto que pretendían usar desplegándose de la tercera nave intenté dispararle pero el cañón no tenía ángulo.
  • ¡Van a abordarnos! – grité
  • Eso es lo que ellos se piensan, je je je – dijo desenfadadamente Brakor
Tras lo cual saltó desde su cabina hasta el centro del pasillo, entre su cañón y el mío. Abrió una pequeña caja que cubría una especie de palanca o manivela y tiró de ella con fuerza.

De repente oí una explosión, la nave que pretendía abordarnos había sido cortada en dos por un finísimo láser púrpura.

  • Cosas del viejo Bin, todo un cerebro – dijo Brakor antes de volver de nuevo a su torreta

Entonces Davad vino de nuevo como una exhalación y nos dijo que nos agarráramos por que estábamos a punto de saltar al hiperespacio. Me agarré con fuerza a los mandos de la torreta asegurándome que los cinturones estaban bien sujetos.

  • No Lia! Ahí no estarás segura, sígueme! – me llamó Brakor.

Rápidamente me deshice de mis sujeciones para seguirle hasta lo que parecía ser la cabina del piloto, allí Ark estaba concentrado intentando mantener la nave lo mas alineada posible bajo el fuego de nuestros perseguidores. A ambos lados de ésta cabina se encontraban dos asientos auxiliares preparados para momentos como éstos, pues Brakor nos sentó a Davad y a mi uno a cada lado y se puso en el lugar del copiloto para realizar las últimas maniobras.

  • Tranquila Lia, saldremos de ésta, confía en la fuerza – me dijo Davad con voz calmada
  • Lo sé, aunque no sea por mi confianza en la fuerza.

Tras esas palabras un zumbido intenso se oyó en la parte trasera de la nave, el hiper impulsor entraba en funcionamiento, la nave alcanzaba la velocidad de la luz, dejábamos atrás a nuestros perseguidores mientras nos desplazábamos a través del espacio.
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